viernes, 11 de mayo de 2007

Aventuras y desventuras de una cantante de jazz (parte 1)

La historia que voy a contar es verídica y me pasó hace un año atrás, un viernes a la noche cuando fui a cantar al bar del Hilton en dúo con un (gran) pianista.

Como hago siempre, hago un escaneo del público. A veces con el propósito de hacer eye-contact y generar una especie de "compromiso visual". Otras veces eso no me importa, pero si me gusta detectar quién está conectado con el show.

Esta vez, mi vista de lince detectó a un hombre de unos 40 años que estaba sentado en la barra moviendo la cabeza al compás de la música. "Qué lindo que la gente disfrute", pensé. Todo esto registraba yo mientras otra gran parte de mi concentración se dedicaba a prestarle atención a la respiración, la emisión, la afinación y la interpretación, entre otras cosas.

Canté tres standards, y una vez empezado el cuarto tema, ví que se levantaba el tipo de la barra y que venía hacia mi. "¿Que querrá este tipo?", pensé. El hombre se acercó hasta mi atril y puso un billete que no alcancé a ver en él (yo nunca uso atril porque me sé las letras de memoria, pero esa noche lo había llevado porque estrenaba un par de temas)

Lo miré y le sonreí bajando la cabeza, como diciendo "gracias", y el me devolvió la sonrisa, se dió vuelta y se fue del bar y unos segundos después, del hotel. Yo seguía cantando el cuarto tema, muerta de intriga.

Bajé la mirada disimuladamente y vi que era un billete de dólar, y que tenía un 1 y un 0. "10 dólares", pensé, qué bueno! Y volví a bajar la mirada y casi se me para el corazón cuando vi que era un billete de 100 dólares!!!! "No puede ser", pensaba y volvía a mirar una y otra vez y volvía a constatar que efectivamente el billete en cuestión era de 100 dólares!

Y mientras tanto seguía cantando el cuarto tema y no paraba de equivocarme! No podía parar de pensar: "Escuchó tres temas y me dió una propina de 100 dólares!!" "¿Será multimillonario?" "¿Argentino o extranjero?", "¿¿¿¿Qué onda????"

Me di vuelta y le dije al pianista: Perdoname por las equivocaciones, pero nos acaban de dejar un tip de 100 dólares y estoy en shock.

Y así termina la historia del hombre que le cambió la noche a dos músicos un día cualquiera en la ciudad.

viernes, 27 de abril de 2007

Gente que anda suelta por ahí

Eran las 6 de la tarde. Entré a un kiosko y tuve que esperar a que atiendan a una chica de muy buena presencia de unos treinta años que estaba adelante mío, asi que no pude evitar escuchar la siguiente conversación:

Chica: Le puedo hacer una pregunta?
Señora del kiosko: Si, decime.
C: Dónde es Viamonte 1637?
S: Y, mirá, en esta cuadra estamos en Viamonte al 1700, así que caminá una cuadra a la derecha y vas a estar al 1600.
C: Pero cómo? Si camino una cuadra, ahí esta el 1637?
S: (comenzando a perder levemente la paciencia) Mirá, te explico, de un lado de la calle están los números pares y del otro los impares.
C: (with a puzzled look) Pero entonces...dónde es el 1637?
S: (en shock) Mirá, vos vas a un número impar, entonces tenés que ir del lado de la calle donde están los números impares y fijarte cuál de todos esos números coincide con el número al que vas. Más que eso no te puedo decir.
C: (cara de "voy a tener que procesar esta información largo rato antes de que me caiga la ficha"): Bueno, gracias.

La chica desorientada se va del kiosko y la señora me mira y me dice:

- Esto es muy fuerte para la hora del día que es. Vos me entendés?

- Si, esto es muy muy fuerte. Casi que no merece análisis, pero después de laburar acá todo el día me imagino que debe ser muuuy fuerte.

(Risas cómplices)

domingo, 1 de abril de 2007

Cosas insignificantes que lo hacen limar a uno

(with an unmistakable ring of sincerity & even charm)

Sábado a la noche. Dos horas de espera para ver Music and Lyrics.

"Me muero de hambre, ¿vos?"

Terminamos bajoneando en el Burger King de Puerto Madero.

Hago un escaneo rápido del lugar.

En un rincón, hay una pareja de gente muy fea (pero se los ve felices) y no puedo evitar el cliché de pensar: "Siempre hay un roto para un descosido".

Sigo mi recorrido visual y veo una mujer de unos 30 años, obesa, sentada solita en una especie de barra lateral comiendo ávidamente un combo gigante.

"Pobrecita", pienso desde mis prejuicios.

Me siento en una mesita esperando que venga R con la comida y veo que en diagonal hay una mesa con 4 muchachos entrando en los 30, gordos, y vestidos siniestramente. Se me viene una frase a la cabeza: "son ñoños!".

"Qué depresión. Qué losers", pienso.

Y acto seguido me censuro, diciéndome serveramente: "Hoy estás muy malvada, muy prejuiciosa. Volvé a la normalidad". Y decido firmemente seguir con lo mío.

Llega la comida y se desata una interesante charla en la que me conecto, hasta que desde algún lugar empiezan a aterrizar en mis oídos frases aisladas de una conversación: "Esa era Flavia Palmiero", "No, yo te decía Festilindo", "Claro, en esa actuaba Libertad Lamarque", "A mi la que me gustaba ver era Xuxa", "¿Viste que empezó Susana? y "Despúes la reemplazaron por Agustina Cherry". Son los chicos de la mesa de los gordos.

Empiezo a hacer cuentas. Sábado. 23 hs. Lo que dicen. Vestidos como sólo un ñoño lo puede hacer: chomba, bermuda legacy, cinturón marrón, zapatos clásicos marrones, y zoquetitos. Uno de ellos con este mismo look más un cap de baseball dado vuelta, y los brazos y piernas cubiertos de tatuajes. Es, efectivamente, un ñoño tatuado.

"Hoy no estoy tan mala al final, me parece", pienso aliviada.

Al rato de caminar admirando la belleza de Puerto Madero, entramos a una heladería/cafetería que había justo al lado de los cines (había mucho viento). Una vez adentro, veo a los muchachos de Burger King sentanditos en una mesa comiendo, esta vez, cucuruchos y tomando café.

Le digo a R: "Mirá, están los ñoños". R se ríe y me dice: "Imposible una definición más precisa".

Seguimos nuestra conversación pero yo no puedo evitar mirar hacia la mesa en cuestión. Es más fuerte que yo. Me dan intriga. Quiero saber de qué otro tema están hablando.

Escucho que se ríen a carcajadas que suenan torpes y raras. Miro de costado y veo que los gordos están jugando a un juego donde uno le pega en la cabeza al otro (momento en el que todos se ríen) y luego el muchacho que ha recibido el golpe, golpea a otro (y todos se ríen, claro).

Nos levantamos de la mesa y salimos del bar. Miro a los ñoños, sonrío con cariño casi maternal y pienso: "El que no haya tenido una noche de ñoños que tire la primera piedra".

sábado, 31 de marzo de 2007

¿Cómo te fue anoche?

Ring... ring...

B: So!

S: Hola, Bu!

B: ¿Y? ¿Cómo te fue anoche con M?

S (a media máquina): Estuvo buenísimo.

B (enfáticamente): Genial!

S (con voz de crisis): Pero me quedé medio traumada.

B: ¿Porqué?

S: Porque estuve putísima.

B: Y...es la idea.

(Risas)

domingo, 25 de marzo de 2007

Señales de que uno se está poniendo viejo

Los hombres que conocés tienen pánico de quedarse pelados.

La gente convive o se casa, tiene hijos, se separa..

Sin ejercicio, las cosas se caen.

Te encontrás diciendo cosas como: "No puedo creer lo grande que estás", "¿Hace cuánto fue eso? ¿Diez años ya? ¿En en '97?"o "En mi época..."

Empezás a mezclar recuerdos: ¿Cuándo es que fue eso? ¿En el verano que fuimos a México o aquel verano que estábamos en Pinamar?

Tus amigas sacan el tema de alguna cosa del pasado y vos ni siquiera te acordás que haya pasado.

Preferís quedarte leyendo un libro o viendo una película antes que ir al boliche.

domingo, 18 de marzo de 2007

La cosa más bizarra que me pasó en mucho tiempo

Volvía de Pilates con esa linda sensación de tener los músculos doloridos por haber hecho ejercicio, cuando me acordé que tenía que ir a lo de mamá, que se había mudado hacía poco tiempo.

Cuando llegué, estaban mi mamá, con mi tía Mercedes, mi hermano más chico y el pintor (todavía estaban pintando un cuarto). Mi mamá me pidió que le pinche una ampolla con el alfiler y yo gustosa accedi, y, charla de por medio, me dispuse a irme para mi casa pero antes quise pasar por el baño.

Una vez adentro del baño me senté en inodoro e hice lo que tenía que hacer, y al hacerlo pensé "que textura más rara tiene esta tabla". Cuando me paré, sentí algo raro en mis piernas y mis cachetes...era pintura blanca!!!!!!!!

Si!! Tenía la forma del inodoro marcado en mis piernas y cola!!!!!! La verdad es que hace mucho tiempo que no me reía así en mi vida...

Del final, que les puedo contar. Mi mamá pasandome agua ras mientras yo pensaba que esto era lo más bizarro que me había pasado en mucho tiempo.

martes, 6 de marzo de 2007

Cosas locas que ve la gente por la cuidad

1) un tipo depilandose abajo del puente que queda al lado del Planetario, a plena luz del día!
2) un yuppie pavoneando sus chapas y su impeccably groomed suit en un jeep de guerra (?) por Puerto Madero...
3) un freak haciendo footing en zunga a las 2 am, con las patas y el pecho pintado de azul!!!
4) un linyera en bicicleta, pero esa no es la rareza... el señor en cuestión decidió escupirle el cachete a una pobre amiga mía que cometía el error de pasar caminando por alli!
Espero contribuciones. En esta ciudad pasa de todo.